lunes, 26 de enero de 2015

EDUCANDO EN CASA

   Después de una larga ausencia, por fin me he decidido a retomar el blog,  con ilusión y nuevos aires, ya que hace algunos meses comencé una gran aventura:  la de educar en casa.


  Esta nueva situación familiar nos ha tenido muy ocupados, pero tengo que admitir que está siendo algo  maravilloso, sobre todo en lo que respecta a la felicidad y el desarrollo de mis hijos. Atrás quedaron los días de color gris tormenta y por fin disfrutamos del inmenso esplendor lleno de color del arcoíris y es que la vida debe estar llena de colores.


   Lo que quiero decir con todo esto, es que pasamos por muchas etapas difíciles y estresantes, antes de dar el paso adelante. Fueron cinco años de aprender y descubrir como padres y de llevarnos grandes batacazos  frente a aquéllos que compartían con nosotros la responsabilidad de educar a nuestros hijos.
   Los niños sólo tienen una oportunidad en la vida para aprender y desarrollarse plenamente. Es, mientras se desarrollan como personas, cuando necesitan adquirir las herramientas que le servirán para desenvolverse en su edad adulta. Después puede ser tarde para ellos. Así que, mientras empleábamos nuestro tiempo en tutorías, escuelas de padres, cursos de padres, reuniones de padres, más tutorías, reuniones con orientadores, reuniones con directores, más tutorías, consejos escolares, reuniones con inspección, escritos, instancias y peticiones varias, cambios de colegio, más tutorías, más reuniones con dirección, orientadores, etc., etc., etc., mis hijos no se estaban desarrollando adecuadamente.
   Jamás pensé que la inteligencia fuera tan complicada, pero claro, esto es como todo en la vida, que hasta que no lo vives no lo entiendes. Todavía me acuerdo de las primeras palabras que nos dijo la psicóloga que le hizo las pruebas a nuestro hijo: "No sé si felicitaros o dáros el pésame, porque lo cierto es que a partir de ahora os espera un difícil camino que recorrer y una lucha constante con el colegio." Entonces pensé que ser padres de por si, ya es difícil y siempre estás mentalizado para luchar por tus hijos, pero lo de la lucha con el colegio me parecía una batalla esperanzadora. "¿Cómo va a ser tan difícil que un niño al que le entusiasma aprender cosas no sea feliz precisamente en el cole?" Puede que algunos consigan ser felices,  pero tal y como están las cosas hoy por hoy, difícil meta es.


   ¿Qué debemos hacer como padres cuando tus hijos sufren de ansiedad y tienen la autoestima baja? Podemos seguir luchando, como nos vaticinó la psicóloga entonces, pero al cabo de un tiempo te das cuenta de que tu hijo ha cumplido 10 años y lleva la mitad de su infancia sufriendo sin necesidad, esperando a tener suerte con los profesores o con los compañeros, deseando  no sentirse señalado por ser diferente , poder expresarse libremente sin sentirse coartado, ser como es y descubrir que ser inteligente es un regalo del cielo y no esa pesada cadena que siente tener colgada del cuello muchas veces . ¿Qué hacemos cuando enferman porque están tristes o estresados, cuando no se sienten realizados y no pueden desarrollarse bien emocionalmente? ¿Qué hacer cuando compruebas que no puedes dejar la educación de tus hijos en manos de la suerte?


   Sólo tienen una infancia, pero la lucha por su educación nunca se acaba, porque cada curso siempre hay algo nuevo: profesores nuevos, compañeros nuevos,...con los que empezar el diálogo desde cero. Son demasiadas cosas las que hay que cambiar para que funcione y es posible que llegue el día que ocurra, que las cosas cambien, pero ese día no lo verán mis hijos. Podemos seguir dialogando eternamente y habrá momentos algo mejores, pero siempre habrá alguien que te diga "no estamos preparados", "no me han formado para esto", "que se ocupe la orientadora", "que se ocupe la tutora", "ese no es mi trabajo", "son muchos niños, hago lo que puedo",... Y esas son las cosas bonitas, a veces te dicen otras barbaridades que prefiero no nombrar porque me duele sólo con recordarlas. De todas formas, en el mejor de los casos ¿debemos esperar a que hagan "lo que puedan" o debemos hacer nosotros TODO lo que podamos? Esta fue la cuestión que nos planteábamos año, tras año. Así que, la primera vez que sacamos a nuestro hijo del primer cole con muchísima ansiedad y la autoestima por los suelos, nos dijimos que si en el siguiente cole teníamos que volver a llevar a nuestro hijo a una psicóloga, lo sacaríamos y probaríamos la educación en casa. Al final, no sólo tuvimos que llevar a nuestro hijo de nuevo a la psicóloga, sino que además tuvimos que llevar también a su hermana pequeña.


   La cuestión estaba muy clara, aunque no fue una decisión fácil de tomar, ya que educar en casa en España es una cuestión complicada, por desgracia. Pero en cuestión de derechos, ante todo, están los derechos de mis hijos de recibir la mejor educación posible y de tener la oportunidad de desarrollarse  intelectual, emocional y moralmente aprovechando todas sus capacidades y nuestra obligación como padres es la de proporcionarles todo cuanto necesiten para ello, aunque conlleve sacrificios o escoger otros caminos.


   Y tengo que decir, que mis hijos AHORA son felices, que han desaparecido muchos fantasmas del pasado, que se están desarrollando de una manera normal, que están aprendiendo mucho más y mejor de lo que lo hacían antes y que sus relaciones sociales han mejorado, porque todos nos relacionamos mejor con los demás cuando nos sentimos bien con nosotros mismos.


   Así que ya os iré contando nuestro día a día y descubriréis que no exagero si os digo que esto es lo mejor que nos ha pasado y que ruego cada día porque podamos continuar educando a nuestros hijos tal y como necesitan y se merecen, para que el día de mañana sean las mejores personas posibles y puedan a su vez contribuir a mejorar nuestra sociedad.